jueves, 6 de octubre de 2011

NO SIGAS TANTO A TU CORAZON SINO A LA RAZON


Me permití resumir y a la vez transcribir textualmente partes de uno de los capítulos del libro “Desafío del amor” de Kendrick, un gran escritor sobre temas de familia, que me ayudaron mucho y que estoy seguro los ayudará: “Una de las cuestiones más importantes que deberías aprender en este viaje que el amor te desafía es que no puedes simplemente seguir tu corazón. Debes guiarlo. No debes permitir que tus sentimientos y emociones te conduzcan. Debes colocarlos en el asiento trasero y decirles adónde irás.

En tu relación matrimonial, no siempre tendrás deseos de amar. Es poco realista esperar que tu corazón se estremezca al pensar en pasar cada momento con tu cónyuge. Nadie puede mantener un deseo ardiente de unión que depende solo de los sentimientos; pero también es difícil amar a alguien sólo por obligación.

En otras palabras, el amor que decide amar tiene el mismo poder que el amor que tiene deseos de amar. En muchos aspectos, es un amor más verdadero porque tiene los ojos bien abiertos.

En cambio, es hora de guiar tu corazón una vez más a que se deleite en tu cónyuge. Disfruta de tu cónyuge. Toma la mano de tu esposa y busca su compañía. Desea conversar con tu esposo. Recuerda por qué te enamoraste de su personalidad. Acepta a esta persona (con sus peculiaridades y todo) y vuelve a recibirla con los brazos abiertos en tu corazón. Una vez más, puedes elegir lo que atesoras. Tus preferencias no vienen programadas de nacimiento ni estás destinado a actuar de acuerdo a ellas. Si eres irritable, es porque decides serlo.

Lo cierto es que si alguna vez te deleitaste (y sí lo hiciste cuando te casaste) puedes volver a hacerlo. No importa si ha pasado mucho tiempo. No importa si han sucedido muchas cosas que cambiaron tu percepción.

Tienes la responsabilidad de volver a encontrar lo que amas de esta persona a la que te has prometido para siempre.

No obstante, cuando tus intentos de honra no son correspondidos, debes honrar igualmente. El amor se atreve a hacerlo; a decir: “Valoraré nuestra relación por sobre todas las demás. El mayor sacrificio que esté dispuesto a hacer, lo haré por ti. Con todos tus fracasos, tus pecados, tus errores y tus defectos (pasados y presentes) igual decido amarte y honrarte”. Así se crea una atmósfera para reavivar el amor. Así guías tu corazón a volver a amar de verdad a tu cónyuge.”

martes, 4 de octubre de 2011

PENSANDO SOBRE EL DOLOR

Cuando nos dicen, me duele la espalda, la cabeza, la muela, los riñones o alguna parte de nuestro cuerpo, lo primero que pensamos es en un calmante, analgésico y antiinflamatorio con lo que le decimos a la parte adolorida de nuestro cuerpo, cállate! No molestes! Esta es una reacción humana pero si valoráramos mucho a nuestro cuerpo si lo quisiéramos, lo primero que haríamos sería poner la mano en la parte adolorida y decirle con mucho amor, que es lo que te pasa, que estoy haciendo indebidamente, como estoy colaborando a este dolor, perdóname trataré, me comprometo a disciplinarme y corregirme en la alimentación y adquiriré nuevos hábitos para evitar este dolor, y yendo más allá a nuestra fe en Jesús a nuestros valores cristianos a nuestra cercanía con Jesús, lo correcto y lo que sugiero es poner la mano en la parte adolorida y hacer una oración pidiendo que este dolor pase, la oración debería ser como dijo Jesús: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya». Nosotros diríamos Jesús aparta de mí este dolor, pero no se haga mi voluntad sino la tuya.

Resumiendo, cambiemos nuestras reacciones frente a un dolor de cualquier parte de nuestro cuerpo, con esto no les sugiero que no visiten a sus médicos, no de ninguna manera, lo que yo sugiero es que nos disciplinemos y practiquemos hábitos de buena salud, ya que la salud del ser humano es: una nutrición equilibrada porque la nutrición mantiene la vida, descanso suficiente porque el cuerpo necesita tiempo para reparar las células dañadas y acumular la energía, deporte adecuados, porque los deportes ayudan a fortalecer el cuerpo y aumentar la circulación de oxígeno, y actitudes sanas es decir tener actitudes positivas y optimistas tener un buen estado de ánimo; armonía es salud y discorde es enfermedad.

ALGO DE PABLO NERUDA

Muere lentamente quien no voltea cuando está infeliz en el trabajo,   quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sue...